Mucho ruido y pocas nueces en los primeros 100 días del gobierno de Pedro Castillo | REVISTA DE CUBA

2021-11-16 11:55:40 By : Mr. zhi jiang

Se han quedado atrás las grandes promesas de un cambio radical en la forma de abordar la vida política e institucional en el Perú. En sus primeros 100 días en el cargo, Pedro Castillo exhibe quizás como su principal triunfo haber capeado dos tormentas que amenazaron a su gobierno, pero sigue débil mientras la popularidad del presidente ha declinado.

Con dos gabinetes en estos primeros 100 días, la periodista alemana Hildegard Willer señala como hecho notorio la presencia del propio Castillo en la presidencia. A su juicio, una parte importante del país rural e indígena, que no se sentía identificado con la clase política tradicional limeña, "se siente representada" por el educador y dirigente sindical.

Sin embargo, más allá de lo simbólico, el nuevo gobierno peruano tiene pocos logros que mostrar en este primer tramo de 100 días. Evidentemente, para una figura como Castillo, un outsider político, sin partido político propio y alimentado por las fuerzas más radicales de la izquierda, puede considerarse un logro seguir en la presidencia.

Consultado por DIARIO DE CUBA, Willer de Lima explica que, en medio de todas las crisis políticas e institucionales, el gobierno de Castillo ha quedado prácticamente paralizado.

El portal de noticias Radio Programa de Perú (RPP) comentó que apenas presentó media docena de proyectos de ley al Congreso y ninguno de estos proyectos respondía a las principales promesas de profundas transformaciones sociales y económicas que hizo Castillo durante su meteórica campaña electoral.

Educador y dirigente sindical de la profesión docente, Castillo era prácticamente un extraño en el ámbito político. En medio de una severa crisis de credibilidad que rodeaba a la clase política peruana, inesperadamente irrumpió y ganó en la primera vuelta, por un estrecho margen. Luego pasó a una reñida segunda vuelta ante Keiko Fujimori, una polémica figura del espectro conservador, quien luego de retrasar la proclamación presidencial terminó aceptando a regañadientes la victoria de Castillo.

Esto precedió a la toma de posesión del educador como presidente, que tuvo lugar el 28 de julio. Ese mismo día ya enfrentaba una grave crisis interna. Varios ministros de izquierda moderada, entre ellos el estratégico ministro de Economía, Pedro Francke Ballvé, amenazaron con dejar el gobierno tras el sorpresivo nombramiento de Guido Bellido como Primer Ministro o Jefe de Gabinete.

Bellido, un líder de segunda línea del partido Perú Libre, era en realidad parte del médico marxista Vladimir Cerrón, quien se formó profesional e ideológicamente en Cuba.

Para el veterano periodista de investigación Ricardo Uceda, la ruptura de Castillo con Cerrón y la salida de Bellido del gobierno representó un alivio en varios sectores políticos y económicos.

Hildegard Willer también considera positivo que el presidente Castillo se haya distanciado desde el principio de Cerrón, quien a su juicio representa una izquierda anticuada y antidemocrática. Este periodista alemán, radicado desde hace mucho tiempo en Perú, da como ejemplo de ello el saludo que hizo Cerrón a favor de la farsa electoral en Nicaragua, al felicitar a Daniel Ortega, este lunes 8 de noviembre.

Cerrón, que tiene causas judiciales abiertas que le impiden ocupar un cargo público, tenía en Bellido una pieza clave para maniobrar dentro del Gabinete de Castillo. El Primer Ministro es un Jefe de Gabinete en funciones designado por el Jefe de Estado, pero requiere la aprobación parlamentaria.

La semana pasada, Castillo finalmente tuvo un gabinete ratificado por el Congreso y encabezado por la activista de derechos humanos y feminista Mirtha Vásquez. La votación fue ajustada, ya que, de un total de 130 escaños, obtuvo solo 68 votos.

El más emblemático fue que Perú Libre, el partido que respaldó la candidatura de Castillo, quedó dividido en el Legislativo. Un total de 16 legisladores siguieron la línea de Cerrón y no respaldaron el nombramiento de Vásquez, mientras que los otros 21 se alinearon con la educadora. Definir su presencia en el Congreso y reunir los votos necesarios es otra de las líneas críticas que tiene la naciente administración gubernamental.

La politóloga Paula Távara cuestiona la lentitud del gobierno en definir sus prioridades, luego de hacer promesas de diverso calibre en la campaña.

La pregunta que sigue flotando, para Távara, es "si el Gobierno tiene claras sus prioridades; hay cambios que ha ofrecido el presidente y que inevitablemente tienen que pasar por el Parlamento".

Castillo, por ejemplo, prometió que aumentaría sustancialmente los fondos destinados a la educación para que este sector tuviera el equivalente al 10% del Producto Interno Bruto. También dijo que promovería una Asamblea Constituyente para discutir y aprobar una nueva Constitución en este país andino.

Un punto a favor, en medio de un escenario que parece complejo para el naciente Gobierno, es el nombramiento de Vásquez en el estratégico puesto de Jefe de Gabinete. Logró asumir la presidencia del Congreso durante el gobierno interino de Francisco Sagasti.

Vásquez, por su parte, ha dado su sello propio al cargo, alejándose de las promesas de campaña. Indicó que las prioridades del Gobierno en este momento son la vacunación contra el Covid-19, la reactivación económica y garantizar la educación presencial en medio de la pandemia.

El periodista Willer, por su parte, recuerda que sin una bancada legislativa propia y con tres partidos conservadores claramente en contra, el espacio parlamentario será uno de los grandes retos para poder garantizar la gobernabilidad.

Hace cinco años, la entonces derrotada candidata presidencial Keiko Fujimori usó su predominio sobre el Congreso para literalmente hacer estallar el gobierno del economista liberal Pedro Pablo Kuczynski. Algunos analistas temen que se genere un clima de conflicto entre estos dos poderes, en medio de la fragilidad que parece caracterizar al gobierno de Castillo, junto con la fragmentación y descrédito que envuelve al legislativo peruano.

"Castillo apenas habla", dice el periodista alemán al tiempo que señala la dificultad que le ha dado el presidente a su falta de liderazgo. "Es un gobierno muy frágil y precario", resume.

Una reciente encuesta del prestigioso Instituto de Estudios Peruanos para el diario La República refleja otro aspecto de estos 100 días. Solo el 35% de los peruanos aprobó su gestión a fines de octubre, lo que representa una disminución del 5% con respecto al mes anterior.

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